Marta Balbi: "Dios fálico"
El anciano Dios Huehuetéotl-Xiuhtecuhtili de los aztecas es el mismo Dios Él y Asherah para sumerios, fenicios y semitas.
La procedencia etimológica del término "Él" podría ser: Del hebreo ´el, Ugarítico ´l, árabe ilah, akkadio ilu. Entre babilonios y asirios es nombre teóforo: Ilu. Ejemplo: Iluma-Ilu (mi dios protector). Entre los arameos hay nombre compuestos con la palabra Él: Quemuel, Betuel, etc.
Entre los fenicios es el «anciano de días», padre de los dioses; todo el país de Canaán le pertenece; sus actuaciones pueden recordar una divinidad luminosa quizás lunar.
Dios supremo de los cananeos (creador), que se presume lejano y entrado en años, que actúa como soberano de los dioses y de los hombres, siendo él mismo, el símbolo de la fecundidad (con un gran falo).
Su sitio de residencia es un sitio mítico «en la fuente de los ríos, donde confluyen los dos océanos» No es casual que el príncipe de Tiro, alardee con orgullo (parodiando sus creencias): "Yo soy un dios, en el trono de Dios estoy sentado en medio de los mares… "(Ezequiel 28:2 RV 60)
Es llamado «toro», «El Benigno», «El Entrañable» y también «Toro Compasivo». Se presume de edad avanzada; actúa como padre de los dioses y de los hombres, es el que hace fluir los ríos; es el creador de la tierra y sus criaturas (Tal vez identificable con el «Dios altísimo, creador de los cielos y de la tierra», de Génesis 14:19, RV 60). Omnisciente, prudente y bondadoso (nunca niega lo que se pide); se decide siempre por el bienestar humano. Homologable al dios Shu de Egipto y a Enlil en Mesopotamia. Se dice también que su preeminente posición la obtuvo castrando y asesinando a su padre.
En los registros de Ugarit se muestra como alguien interesado en nombrar a un Dios que reine (permitiendo que los otros dioses combatan) sobre hombres y dioses. El dios Yam (Leviatán, Lotán o Mar) fue el primer candidato, dando prelación como en todas las cosmogonías de la zona al elemento acuoso. El Dios Él se muestra respetuoso de quien demuestre ser el más fuerte entre sus subordinados. Si bien es cierto que sus orígenes, por ser un dios primordial, poseen nexos con el desorden inicial (afinidad con Yam y Mot), debe patrocinar la organización y la vida.
El Dios Él está casado con Asherah (divinidad asociada con el mar, representada como una mujer de grandes pechos; aunque es la diosa madre, sus funciones se mezclarán con las de las divinidades de la fecundidad; son famosos sus rituales de prostitución sagrada). Con Asherah tiene un hijo, Athtar, que rivalizará con Baal en la obtención del trono; este vástago es el Dios del Desierto, y junto con el Mar caracterizan el Caos inicial del mundo.
En total el número de hijos habidos entre Asherah y Él fue una numerosa familia de no menos de 70 dioses. El símbolo de su presencia en un lugar de culto era el árbol sagrado o la estela erigida junto al altar.
Tomado del libro Fundamentos Culturales del Judaísmo I. Historia cultural del Medio Oriente, del paleolítico al 1.436 a.C.
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